Hacer
una reflexión de lo que significó el
ferrocarril minero, no es nada fácil. No
solo fue una obra de ingeniería que
posibilitó el transporte del mineral de la
comarca al puerto de Huelva, el ferrocarril
fue mucho más, fue la reactivación
económica, ideológica y social, de aquellos
pueblos mineros de la provincia, incluido el
nuestro. En resumen, fue elemento
dinamizador indispensable para la
explotación de nuestra riqueza, y para el
desarrollo y la evolución de nuestra
comarca.
La idea
de construir este ferrocarril no fue
inglesa, aunque fueron ellos con la llegada
del Consorcio Británico "Riotinto Company
Limited", que el 14 de febrero de 1873,
introducen este fenómeno tecnológico acordes
con las pretensiones de rentabilidad y
eficacia de su nueva explotación, sino, que
fueron los ingenieros españoles Anciola
y Cossío, los que efectuaron un
informe donde exponían la necesidad de su
construcción par hacer rentables las
explotaciones mineras. Pero fueron
desestimadas, y no fueron atendidas hasta
que el Consorcio Británico comprara las
minas de Ríotinto al Estado Español cuando
se realizaría el proyecto.
Las obras de
la primera línea comenzarían aproximadamente
en marzo de 1873, y acabaron el 28 de julio
de 1875. La línea tendría un ancho de 1,067
m. características conocidas por la vía
métrica inglesa, muy característica en
África y Asia, y sobre todo, en aquellos
países que estuvieron bajo el imperialismo
inglés. En total se construyeron 83 Km. de
vía general, y seguidamente, empezaron con
la construcción de una serie de ramales
donde se incluía la vía del piloto de
Perrunal, que unirían todo el transporte del
mineral de la Cuenca. La red de vías
interiores hacían un total de 234 m.
El
ferrocarril de la Mina del Perrunal, un
ramal de vía ancha que enlazaba esta mina
situada a 6 km., al norte de Calañas con la
estación del Cerro de Andévalo.
La
importancia del ferrocarril en el transporte
de mineral podemos constatarlo por la
elevada cantidad de mineral que permitió
exportar. Tan considerable trafico determinó
la existencia de un numeroso parque de
locomotoras, vagonetas y tolvas de mina: 143
de vapor y 7 eléctricas, que servían de
enlaces entre las estaciones y las minas.
Casi todas las locomotoras, menos seis,
fueron de fabricación inglesa, y se
construyeron entre los años 1874 y 1954. Las
marcas más importantes fueron: Hunslet,
Neilson, North, British, Avonside, Beyer
Peacock y Baldwin. Las locomotoras
fueron numeradas y designadas con letras del
abecedario, otras sueltas, fueron designadas
con números. A partir de 1953 se empieza a
adquirir locomotoras Diesel.
En
1900, el ferrocarril minero también se
dedicaba al transporte de pasajeros. Se
llegó a contar 36 coches de viajeros. Los
había de dos clases: los de tercera eran
utilizados para el transporte local de los
mineros, y varios coches sala para ocasiones
especiales.
La
supresión del transporte de viajeros en el
ferrocarril minero se produjo en 1967,
siendo sustituido por autobuses.
Esta
breve historia del ferrocarril minero, esta
muy ligada a nuestro pueblo, Minas de
Perrunal, como su nombre indica. Muchos de
nosotros cuando lea esta página, recordaran
que una de estas locomotoras con sus
vagonetas y tolvas, pasaban repletas de
mineral cruzando nuestro pueblo durante más
de un siglo, silbando con orgullo llamando
la atención de todos sus vecinos, para que
vieran su imagen de poder y potencia al
mismo tiempo que belleza.
En 1984
se ponía fin a la línea general minera,
algunos ramales como Perrunal fue mucho
antes. Hoy de ese ramal más conocido por los
vecinos del pueblo como "la vía del piloto",
solo queda la nostalgia que formaban esos
maravillosos trenes, y que he tratado de
rescatar con la ayuda del Patrimonio
Histórico Minero de la Comarca, para que las
generaciones venideras sepan su historia, la
importancia, y la profunda vinculación con
las gentes de esta tierra.